Dicho muy cafetero para ese ritual de la mañana en el que necesitas el primer tinto para que el cerebro arranque y el genio se te acomode. Es como calibrarte por dentro: sin café no hay conversación, ni decisiones, ni vida adulta. Suena medio chistoso, pero cualquiera que madrugue lo entiende perfecto.
"Parce, no me pida cuentas todavía: déjeme sincronizar el tinto y ahí sí le saco el informe, porque en frío solo digo babosadas."