Estar en la trapoza

Dicho bien quindiano para cuando quedas reventado, sin energía y medio tirado, como trapo viejo después de trapear toda la casa. Se usa en plan jocoso para decir que estás agotado, que no te da ni para pararte o hablar mucho. Ideal tras una caminata brava, un turno largo o una rumba pesada.

"Parcero, después de subir a Salento y volver a pata quedé en la trapoza, no me da ni pa’ prender la greca."

Dar cuerda

En el Quindío se dice cuando alguien le sigue la corriente a otro para que hable de más, se emocione y se suelte con el cuento. Muchas veces aplica para chismes, historias viejas o reclamos guardados. Es como darle cuerda a un juguete: lo activas y no hay quien lo pare. Y luego no te quejes.

"No le des cuerda a Juancho, mija, que apenas le preguntás por la vecina y arranca con el chisme desde cuando íbamos al colegio, y no se calla ni por el berraco."

Calentar camino

Se dice cuando alguien va por ahí buscando bronca, armando chisme o echándole leña al fuego para que se prenda el problema. Es como ir calentando el ambiente, provocando a la gente y dejando la tensión lista para estallar. Muy de barrio, y casi siempre termina en drama si nadie le baja dos rayitas.

"Parce, deje de calentar camino en la cuadra con ese chisme, que después se arma el tropel y a mí me toca poner la jeta con los vecinos."

Quedar como un paletero

Se dice cuando quedas como el despistado del grupo, el que llega tarde a la jugada o se entera de todo al final. Es como quedar en ridículo por lento o por no pillar la indirecta. La imagen del paletero ayuda a pintar a alguien ahí, en su mundo, mientras el resto ya pasó la página.

"Parce, todos ya sabían lo del chisme desde ayer y vos apenas preguntando hoy. Quedaste como un paletero, ya ni modo, póngase las pilas."

Café-terapia

Plan informal para sentarse a tomar tinto y soltarlo todo: quejarse del trabajo, desahogarse de amores, echar chisme y arreglar el mundo con una amiga o un parcero. Es como una sesión de terapia, pero sin consultorio y con olor a café recién hecho. Mano, a veces eso cura más que cualquier consejo.

"Parce, hoy estoy vuelto nada con el jefe. Caigamos por un tintico y hacemos café-terapia en el Parque de la Vida, a ver si se me baja la piedra."

Pasado de piña

En el Quindío se le dice a alguien pasado de piña cuando anda en la luna, desubicado, lento para captar o como si viviera en su propio mundo. No es que sea mala persona, es que va tarde a todo y no entiende ni el chisme. Suena burlón, pero más de recocha que de insulto pesado.

"Parce, le explicamos tres veces el plan y el man igual se fue pa’ otro lado. Está pasado de piña, qué pecado."

Pisotero

En el Quindío le dicen así al que es torpe socialmente o medio atravesado: llega y pisa, mete la pata, se atraviesa en conversaciones y daña el parche sin querer. Es como un elefante en una cristalería, pero versión barrio. No siempre lo hace con mala intención, solo que no mide y termina embarrándola.

"Ese man es re pisotero: apenas llegué con mi crush a la fiesta y el tipo se metió, me echó al agua con mis secretos y dañó el parche de una."

Callejonear

En el Quindío se dice cuando te vas a dar una vuelta por el pueblo o la ciudad sin mucho plan, solo a caminar, mirar, parchar con los panas y ver qué sale. Puede ser plan tranqui o con rumba, pero la idea es calle, charla y descubrimiento. Si cae un aguardientico, mejor, pero no es obligatorio.

"Parcero, hoy salimos a callejonear por Armenia, nos comemos una empanadita y miramos a ver qué plan se pega por ahí."

Echar cuentos

Se dice cuando alguien se pone a inventar historias o a exagerar a lo loco, ya sea por quedar bien, llamar la atención o sacarse una excusa del bolsillo. Es como decir que está metiendo carreta o echando pura habladera. Muy de parche, y sirve para bajarle el humo al que se cree novelista.

"No le coma cuento a Juanito, ese man vive echando cuentos dizque fue a Marte en una nave de cartón y volvió con un alien de mascota."

Meterle la ficha

Se dice cuando quieres que alguien se ponga las pilas y le meta ganas de verdad a algo. Es como apostar fuerte y no quedarse a medias: estudiar, entrenar, trabajar o lo que sea, pero con toda. En el Quindío suena muy de parche, de empujar al otro con buena vibra y sin tanta carreta.

"Parce, deje la pereza y métale la ficha al parcial de mate, que si se juicioso hoy, mañana está celebrando con empanada y Pony."

Volverlo totazo

Se dice cuando algo queda hecho trizas después de un golpe o una caída, tan reventado que ya ni parece lo que era. Aplica para celulares, motos, una puerta o lo que sea. También se usa para remarcar que el resultado fue un desastre total, cero ganancia y puro daño. Duele, pero es bien gráfica.

"Parce, se me resbaló el celular en la escalera y quedó vuelto totazo, la pantalla hecha polvo y yo sin un peso pa' arreglarlo."

Armar la vaca

Se dice cuando entre varios se juntan para hacer una vaquita, o sea, reunir plata y comprar algo entre todos. Suele salir para un plan improvisado con los parceros, desde la comida hasta el trago o cualquier idea medio traviesa. Es de esas frases que aparecen cuando nadie tiene mucho, pero igual se arma el parche.

"Hagamos la vaca, pues, que con lo que tengamos compramos unos fritos y una gaseosa y nos armamos el parche en la fiestica."

Parchao

En el Eje Cafetero se dice cuando alguien está tirado en plan relax, sin afán y sin ganas de hacer nada, como en modo descanso total. Puede ser porque estás feliz, porque te dio pereza o porque el almuerzo te dejó KO. Es bien de parche, de estar tranquilo y a gusto.

"Después del almuerzo quedé parchao en la finca, echado en la hamaca viendo las montañas, y mi mamá: ¿y usted qué, no va a hacer nada o qué?"

Andar en modo guadua

Se dice de alguien que vive de prometer y hablar bonito, pero por dentro no tiene con qué sostenerlo. Como la guadua, que se ve firme y derechita, pero es hueca. Va de postureo, de puro cuento, y cuando toca cumplir se hace el loco. Sirve para bajarle el humo a los vendedores de humo.

"Ese man jura que ahora sí va a trabajar juicioso, pero anda en modo guadua: habla y habla, se toma el tinto y al final no hace ni el intento."

Chicoriado

Se dice de alguien que se queda pasmado, embobado o medio atontado por la impresión, ya sea por un susto, una sorpresa o porque alguien le movió el piso. Es ese momento en que el cerebro se te apaga y te quedas mirando sin reaccionar. Muy de por allá, bien de calle.

"Apenas la profe soltó que el parcial era hoy, Kevin quedó chicoriado, con la boca abierta y el cuaderno en blanco, como si se le hubiera ido el alma."

Sincronizar el tinto

Dicho muy cafetero para ese ritual de la mañana en el que necesitas el primer tinto para que el cerebro arranque y el genio se te acomode. Es como calibrarte por dentro: sin café no hay conversación, ni decisiones, ni vida adulta. Suena medio chistoso, pero cualquiera que madrugue lo entiende perfecto.

"Parce, no me pida cuentas todavía: déjeme sincronizar el tinto y ahí sí le saco el informe, porque en frío solo digo babosadas."

Dobladita

En el Quindío, una dobladita es ese antojo salvavidas de madrugada cuando ya llevas un par de guaros y el estómago empieza a protestar. Suele ser una arepa doblada, bien crocante, con queso a lo loco y a veces algún relleno extra. Se compra en la esquina o en el puesto de confianza. Bendición total.

"Salimos del bar y yo ya iba viendo estrellitas, pero me salvé con una dobladita bien crocante, con queso chorreando, ahí en la esquina del parque."

Pinta rancia

Se dice cuando alguien va con una facha feíta, desarreglada o medio descuidada, como si se hubiera vestido a la carrera con lo primero que pilló. No es que sea el insulto del siglo, pero sí suelta esa vibra de “parce, arréglese un poquito”. Muy de regaño con cariño y recocha.

"Ve, parcero, con esa pinta rancia te van a mirar raro hasta en la tienda, póngase una camisita y deje de dar pena."

Volarse el puente

En el Quindío se dice cuando alguien se desaparece del trabajo o de clase para armarse un puente sin avisar, normalmente pegando el viernes o el lunes al festivo. Vamos, que se hace el loco y se regala un fin de semana largo. Suena medio travieso y muy de plan improvisado.

"María se voló el puente dizque con gripa y terminó de rumba en Salento, trasnochada y feliz, hasta el martes."

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