En el Quindío se dice cuando alguien le sigue la corriente a otro para que hable de más, se emocione y se suelte con el cuento. Muchas veces aplica para chismes, historias viejas o reclamos guardados. Es como darle cuerda a un juguete: lo activas y no hay quien lo pare. Y luego no te quejes.
"No le des cuerda a Juancho, mija, que apenas le preguntás por la vecina y arranca con el chisme desde cuando íbamos al colegio, y no se calla ni por el berraco."
Se usa para cuando le das ambiente o marcha a una situación, como cuando animas más una fiesta con tus ocurrencias.
"El domingo Javier empezó a dar cuerda en la verbena y acabamos bailando hasta que salió el sol."