Se dice cuando alguien está empapado en sudor, normalmente por un calor bravo o por haber hecho esfuerzo. La comparación con la arepa recién hecha es perfecta, porque sale caliente y húmeda, y tú quedas igual, pegajoso y con cara de no aguantar más. Muy de Barinas, donde el sol no perdona.
"Chamo, me fui caminando al mercado al mediodía y llegué sudado como arepa, con la franela pegada y el pelo hecho un desastre."