Expresión muy usada cuando estás más pobre que las ratas, sin una luca en el bolsillo y con la cuenta del banco tiritando. Es como decir que estás quebrado al máximo nivel, que no te alcanza ni para una bebida chica. Suena chistoso, pero cuando te toca vivirlo no tiene ni una gracia.
"Oye, vamos a tomarnos unas chelas al centro. No puedo, hermano, ando tocando el piojo brígido, no me queda ni pa’ la micro."