Se dice cuando alguien se raja de un lugar rápido, sin avisar y con cero ganas de dar explicaciones. Es como “me tomo el palo”, pero con ese toque de “chau, me fui” bien tajante. No hace falta que haya barco ni puerto, es pura imagen. Ideal para escapadas express cuando pinta quilombo.
"Apenas apareció el jefe con cara de pocos amigos, el Nico se tomó el buque y nos dejó pagando con las empanadas en la mano."