En Carabobo decir que alguien anda como un velero es que va por la vida relajado, sin apuro y sin un rumbo muy claro. No se complica, deja que todo fluya y que el viento decida por dónde tirar. A veces suena a envidia sana, porque mientras uno suda la gota gorda, el otro va chill como si nada.
"Mira a Juancho, desde que se ganó esa rifa anda de velero por la vida, ni trabaja, ni estudia, ni responde mensajes, el pana vive más relajado que hamaca en porche."
En Yucatán se usa velero para tirarle carrilla a alguien que es lentísimo para todo, como si fuera un barquito a vela en plena autopista. Es medio burla cariñosa, medio regaño, según el tono. Ideal para el compa que siempre llega tarde, camina despacio y parece que vive en cámara lenta. Y hay que admitir que la imagen está buenísima.
"Oye velero, si sigues caminando así de quedao ni el mototaxi nos alcanza, apúrate que ya casi cierran la taquería de cochinita"
En Sucre decir que alguien es un velero es llamarlo despistado nivel leyenda, como si andara flotando sin rumbo por la vida. Se usa para esa gente que vive perdida, que no se ubica ni con mapa y siempre está en la luna. Es medio burla cariñosa, pero igual pica un poquito cuando te lo sueltan.
"Mira a Juan, salió pa' la tienda sin plata, sin celular y dejó las llaves del carro en el puente otra vez. Ese man sí es un velero, vive más perdido que turco en la neblina."