En el Cesar se le dice a alguien achantao cuando está apagado, lento o sin ganas, como si anduviera en cámara lenta y no reaccionara ni a palo. También vale para el que se queda quieto, medio bobo o sin iniciativa. Es regaño suave, pero pica, porque te están diciendo: despierta, mijo.
"Juancho, no te me pongas achantao, apurate que el bus ya está pitando y nos deja tirados en la esquina, ¿o qué?"
En Guárico se usa para alguien que se queda todo tímido, apagado o medio acobardado cuando debería lanzarse de una vez. Es como cuando te da frío escénico y pierdes la actitud justo en el momento clave. No es solo estar callado, es quedarse corto de valor. Y hay que admitir que a veces da risa ver a alguien todo achantao.
"Pana, no te me pongas achantao cuando llegue María, que después viene otro vivo, la saca a bailar y tú te quedas pegado a la pared con el vaso en la mano."