En Tabasco le dicen así a un agua fresca casera bien dulce y bien cargada, de esas que te reviven con el calorón pero también te dejan acelerado. No es que lleve alcohol, es más bien por lo potente que sabe y lo fácil que entra. Te tomas un vaso y ya andas sudando y feliz.
"Compadre, trae el agua de diablo pa'l partido, porque con este calor tabasqueño nos vamos a derretir en la banca."