Se dice para invitar a alguien a bajarle dos, relajarse y darse un gustico, como si le echaras azúcar a la vida para que no sepa tan amarga. Es un empujoncito cariñoso a disfrutar, despejarse y dejar el drama en pausa. Muy de llano, de panas y de tomarse las cosas con calma.

"No te me amargues, pana. Ese parcial estuvo rudo, pero azúcarate el finde en el llano con una fría y música recia y listo."

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