Forma medio burlona de describir a alguien que es exageradamente dulce o cariñoso, tan meloso que empalaga como el azúcar. Se usa mucho para parejas que no paran con los besitos, los mensajitos cursis y los apodos ridículos. Es como decir que se pasaron de tiernos, pero con un toque de chalequeo bien sabroso.
"Chamo, esos dos están demasiado azúcaro, se la pasaron en la fiesta pegados como chicle diciéndose mi vida y mi cielito delante de todo el mundo."