En Santander decir que alguien es berraco es ponerlo en lo más alto. Es la persona que no se rinde, que es fuerte, tesa, valiente y además pila para resolver problemas. El berraco se mete en lo que sea y sale bien librado. Es un cumplido con sabor santandereano, y la verdad suena bien poderoso.
"Ese man montó empresa con dos pesos, aguantó la crisis y ahora está facturando duro, qué berraco tan bravo ese santandereano."