En el Biobío se usa para hablar del jefe o del superior en la pega, como el que manda en la oficina o en el taller. Suena medio chistoso porque parece militar, pero va con respeto y hasta con cariño. Es como decir el de más arriba en la cadena, aunque a veces uno lo diga medio en talla cuando se pasa de exigente.
"Oye, no puedo ir a la once todavía, el cabo de arriba me dejó tapado en pega y si me pilla webiando me manda derechito a reunión eterna."