Se dice cuando alguien no aguanta la presión y acaba soltando la lengua, contando lo que sabe o chivándose de un secreto. Vamos, que le cuentas algo “en confianza” y al rato ya lo sabe media Murcia. Tiene ese puntito de traición simpática, como el típico que promete callarse y a los cinco minutos ya está cantando.
"No le cuentes nada a Juanito, pijo, que en cuanto se toma dos cañas se pone a cantar en la huerta y al día siguiente lo sabe hasta el del kebab."