Se usa de forma sarcástica para quejarse de algo que salió carísimo para lo cutre que es. Es como decir que te vieron la cara y te cobraron oro por chatarra. Muy de cuando compras algo con toda la ilusión y al rato ya está roto. Y hay que admitir que el nombrecito tiene su gracia.
"Hermano, compré un ventilador en el Caro pescao del centro y al tercer día echaba más humo que brisa, qué clavada tan berraca."