En Monagas se usa para llamar a alguien súper hablador, de esos que te agarran en la esquina y te sueltan un monólogo eterno. Va con tono de burla, no es precisamente un halago. Viene del gentilicio de Carúpano, pero aquí se volvió etiqueta para el parlanchín profesional. Si andas apurado, mejor corre.
"No invites a Luis al partido, vale. Ese carupanero se pega a hablar de la Vinotinto y no te deja ni ver el primer tiempo."