Se usa cuando alguien vive pegado al chisme, metido en todos los bochinches del barrio como si hubiera firmado un contrato de por vida con el rumor. No se pierde un cuento, le encanta el salseo y siempre anda pendiente de lo que hace todo el mundo. Es medio tóxico, pero hay que admitir que a veces entretiene.
"Chamo, viste a Mariela, ni trabaja ni estudia, pero se sabe hasta el chisme del perro del vecino, esa se casó con el chisme en Cojedes."