Se usa para afirmar algo que es más que obvio, cuando la respuesta es un sí rotundo y hasta te da risa que te lo pregunten. Es como decir claro que sí pero con sabor potosino y un toque burlón. La idea es que si ya ves la burra parda, pues no hay nada que discutir, está clarísimo.
"¿Que si voy a ir al baile del pueblo aunque ande crudo? ¡Claro que la burra es parda, compa! Ya hasta tengo apartado el sombrero y los pasos prohibidos."