Se usa cuando alguien necesita parar un momento para calmarse, despejar la cabeza o recuperarse después de algo intenso. Puede ser por un enfado, un susto, un agobio o porque la vida se ha puesto pesada. Es como decir que necesitas un respiro físico y también mental, y la verdad es que viene de lujo.
"Hermano, después de esa reunión tan tensa con el jefe voy a salir un rato al patio a coger aire antes de que me explote la cabeza"