En Bogotá se usa para cuando alguien suelta un tema y lo deja tirado, como abandonar una discusión, un plan o una tarea por pura pereza o porque ya no quiere pelear más. Es como decir que cortas la cuerda y chao problema, aunque quede todo sin resolver. Y hay que admitir que a veces es bien conveniente.
"Mi mamá empezó a regañarme por llegar tarde, pero vio la novela, se embaló con la trama y dejó el cabo, ni me terminó de echar el sermón."