En Salta, se dice cuando en vez de aflojar, redoblás la apuesta y seguís con el plan, aunque ya estés al límite. Puede ser con empanadas y vino, con la joda o con cualquier desafío. Es como decir: no me bajo ni loco, metele una vuelta más. Y sí, suele terminar en siesta obligatoria.
"Ya estaba explotado de empanadas y el Negro cae con otra jarra de vino. Me guiña un ojo y tira: Dale, no seas flojo, hoy doblamos el pique y después vemos cómo volvemos."