Se dice cuando alguien se pone pero que arde de la bronca, de esos enfados que te suben a la cara y te dejan colorado. Es como estar a punto de explotar, ya sea por una promesa incumplida, una cagada ajena o una injusticia. En San Luis suena bien gráfico y bastante teatral, la verdad.
"El loco juró que caía a ayudar con la mudanza y se borró. Mi viejo se puso rojo furioso, empezó a putear bajito y a revolear cajas como si nada."