Hacer changas

Se dice cuando vas agarrando laburitos sueltos para zafar y hacer unos mangos: pintar una pared, cuidar un nene, hacer fletes, lo que salga. No es un trabajo fijo, es más bien rebuscarla día a día. En Salta se escucha un montón, sobre todo cuando la plata no alcanza ni para el mate.

"Este mes estoy a dos velas, así que ando haciendo changas: hoy pinté una reja, mañana hago un flete y el finde veo si sale algo para juntar unos mangos."

Mandarle máscara

Se dice para meterle pila a alguien y que se la juegue sin miedo, con toda la actitud. Es como decirle que le dé con ganas, que no afloje y que vaya a fondo, ya sea en la cancha, laburando o encarando a alguien. Suena medio bizarro, pero en Salta se entiende al toque.

"Dale, chango, dejá de dudar y mandale máscara al parcial, que después nos clavamos unas empanadas y festejamos."

Chango lobo

En Salta se le dice chango lobo al pibe que cae a cualquier juntada si hay morfi y se manda como si no hubiera mañana. No es que sea malo, es que tiene radar para las empanadas, el asado y lo que pinte. Si escuchás que viene uno, guardá una porción o fuiste.

"Che, apuren con las empanadas porque ya avisaron que cae el chango lobo y nos deja la fuente pelada en dos minutos."

Andate al carajo

Expresión bien salteña para mandar a alguien bien lejos cuando te tiene podrido o te está cargoseando mal. Es como decir que se vaya a la mierda, pero con ese tonito norteño que suena entre enojado y gracioso. Mejor usarla con confianza, porque si la tirás en serio puede arder Troya, aunque a veces hasta da risa.

"Che, me volviste a pisar la guitarra, me vaciaste la birra y encima te hacés el vivo, andate al carajo antes de que te saque cagando de acá"

¡Qué vaina!

Expresión muy usada en Salta para quejarse de algo molesto o inesperado, o para marcar sorpresa medio resignada. Es como decir qué cosa o qué problema, pero con sabor bien norteño y un toque de bronca mezclada con humor. Sirve tanto para pequeños dramas diarios como para líos más serios, según el tono.

"Che, me quedé sin crédito justo cuando iba a pedir el remis y encima se cortó la luz en casa, qué vaina loco, siempre me pasa lo mismo"

Estar fino

En Salta se dice estar fino cuando alguien está re atento, enchufado y con todas las antenas puestas para chamuyar a alguien que le gusta. Es como estar en modo cazador romántico, pendiente de cada mensaje, cada historia y cada oportunidad. Suena medio exagerado, pero cuando uno está fino se le nota a kilómetros.

"Desde que conoció a Lucía, Juan está finísimo, vive pendiente del celu, le reacciona todas las historias y hasta se ofreció a llevarle el mate a la facu"

Matar la chancha

En Salta se dice cuando te mandás una comilona y te olvidás de la dieta, sobre todo si aparece un asado, un lechón o algo bien grasita. Es como decir que te fuiste al pasto con la comida y te diste el gusto sin culpa. Y sí, suele pasar justo cuando juraste portarte bien.

"Venía a full con la ensaladita, pero cayó el lechón y el asado humeando y listo, maté la chancha con dos choripanes y una empanada salteña."

Zumo loco

Se dice cuando alguien se manda una mezcla rarísima de salsas o aderezos, sobre todo en un sánguche, y queda una bomba de sabor medio inexplicable. Es como celebrar al valiente que no respeta reglas culinarias y le mete de todo. En Salta suena a invento de esquina, y sí, tiene su encanto.

"Amigo, le pusiste mayo, chimichurri y ají al sánguche de milanesa. Eso ya no es hambre, es zumo loco, chango, pasame una servilleta."

Pintón

En Salta se usa para decir que alguien está muy bien vestido, fachero, con toda la pinta de galán listo para romper corazones. No es solo ropa linda, es la actitud, el peinado, el perfume y hasta cómo camina. Cuando alguien cae todo pintón, ya sabés que va a llamar la atención, y hay que admitir que suele tener su encanto.

"Cayó el Coco al cumple todo pintón, camisa planchadita, perfume caro, y las primas de la cumpleañera se pelearon por sacarse una foto con él en el boliche."

Vivir a lo zángano

Se dice de alguien que vive como un zángano, o sea, sin laburar ni un poquito y tirando de los demás. Es el típico que se rasca la panza, se hace el boludo y encima la pasa joya, como si el mundo le debiera algo. Tiene un toque burlón y bien de chicana.

"El loco cae a lo de la abuela, se clava unas empanadas, pide prestado y después se tira a la siesta. Así cualquiera vive a lo zángano."

¡Qué máquina!

Se usa para decir que alguien es muy bueno en algo, que la rompe toda o que tiene una habilidad que sorprende. Puede ser un cumplido bien sincero o ir con un toque de ironía si la situación da para la cargada. Es típica para elogiar a un amigo, un jugador, un músico o cualquiera que la esté descosiendo.

"Che, ¿viste al chango ese jugando al fulbito en la plaza? No erró una, qué máquina, parecía que tenía la pelota pegada al pie"

Milagrito

Forma cariñosa y medio en broma de hablar de esos pequeños sucesos improbables que salen justo como querías, sobre todo cuando venías con toda la mala racha encima. En Salta se usa para exagerar un poco la suerte, como diciendo que hasta el santo se apiadó. Y la verdad, cuando pasa un milagrito así, se festeja con mate o con vino.

"Che, llegué tarde, sin un mango y encima ligué el último bondi vacío hasta la punta del cerro... eso fue un milagrito salteño, loco."

mamushka

Forma cariñosa y medio en chiste de decirle a tu mamá, como si la estuvieras apodando con ternura. Se usa en familia o con confianza, y suele venir cargada de mimos, comida casera y algún reto con amor cuando te mandás una. Suena a mezcla de afecto y folklore doméstico, bien de casa.

"Che, mi mamushka está chocha porque por fin me salieron las empanadas salteñas y no las dejé como carbón. Ahora dice que ya puedo invitar a la familia sin pasar vergüenza."

Doblar el pique

En Salta, se dice cuando en vez de aflojar, redoblás la apuesta y seguís con el plan, aunque ya estés al límite. Puede ser con empanadas y vino, con la joda o con cualquier desafío. Es como decir: no me bajo ni loco, metele una vuelta más. Y sí, suele terminar en siesta obligatoria.

"Ya estaba explotado de empanadas y el Negro cae con otra jarra de vino. Me guiña un ojo y tira: Dale, no seas flojo, hoy doblamos el pique y después vemos cómo volvemos."

Oso

En Salta, decirle a alguien oso es ponerle un mote medio cariñoso y medio en cargada: el típico que cae a todas las juntadas, se prende a lo que haya y vive gorroneando. No siempre es insulto pesado, más bien una forma de marcarle la rata con humor. Si te lo dicen, llevá algo la próxima.

"Che, no seas oso, loco: caés a la juntada, te bajás toda la gaseosa y ni unas papas traés. La próxima poné para la vaquita."

Tapar el mate

Se dice cuando alguien tiene que guardar un secreto y no largar prenda, como cuando tapás el mate para que no se lave o para que nadie meta mano. Es una forma bien norteña de pedir discreción y complicidad. Ideal para chismes, sorpresas y cualquier cosa que si se filtra, se arma quilombo.

"Che, con lo del laburo nuevo no largués prenda, ¿sí? Tapá el mate y hacete el sota, que si se entera mi tía se pudre todo."

Torear

En Salta, torear se usa para hablar de alguien que esquiva responsabilidades, favores o quilombos con la elegancia de un torero gambeteando al toro. Es cuando uno se hace el boludo para no laburar, no contestar mensajes o zafar de un compromiso. Y hay que admitir que a veces la gente que torea así tiene un talento medio envidiable.

"Che, ¿no viste a Pablo? Seguro está toreando el laburo otra vez, el vago se las ingenia para desaparecer justo cuando hay quilombo en la oficina."

Pegarse un rugido

En Salta se dice cuando alguien se queda dormido de golpe y se manda una siesta potente, normalmente después de comer como si no hubiera mañana. No es que ruja de verdad, es que cae redondo y se apaga. Va con cariño y un poco de burla, porque todos hemos sido ese.

"Se clavó tres empanadas, un locro y de postre queso y dulce, y al toque se pegó un rugido en el sillón. Lo llamabas y ni pestañeaba, estaba en modo hibernación."

Parar la oreja

Se dice cuando alguien se pone bien atento y afina el oído, sobre todo si está tratando de escuchar algo que no era para él. Es como ponerse en modo radar: te hacés el distraído, pero estás pescando cada palabra. Muy de chusma, sí, pero a veces es imposible no parar la oreja.

"Estábamos charlando del asado y del fernet, y el Juan se hizo el boludo, pero paró la oreja desde la otra punta de la cancha. Después cayó con preguntas, re chusma."

Rompebolas

Se le dice a alguien que es un pesado profesional, de esos que te taladran la paciencia y no te dejan en paz. Es el típico que insiste, insiste e insiste hasta que le das bola o te saca de quicio. En Argentina se usa un montón, y en Salta también. Suena brusco, pero tiene su encanto.

"Loco, dejá de romper las bolas, sos re rompebolas. Estoy tomando unos mates tranqui y vos ya querés que te preste la moto, che."

Reventau

En Salta se dice reventau para alguien o algo que quedó hecho polvo después de meterle mucha energía a algo. Puede ser por laburo, por una caminata eterna por los cerros o por un fiestón con vino y peña hasta el amanecer. Es como estar destruido, pero con orgullo porque se disfrutó a pleno.

"Hermano, después de la peña, el vino patero y bailar chacarera hasta las seis, quedé reventau, ni para ir a comprar tortillas me da el cuero"

¡Mirá la chancha!

Exclamación bien del norte argentino para soltar sorpresa, admiración o incredulidad. Se dice cuando alguien se manda algo inesperado, aparece alguien que no veías hace mil, o cuando por fin pasa eso que venías esperando hace rato. Es como un “no te la puedo creer” con tonito salteño y bastante picardía.

"Tres meses diciendo que ibas a renunciar y hoy caés con la carta firmada. ¡Mirá la chancha! Dale, contá el chisme completo que me dejaste re manija."

Jugo

En Salta, jugo es el juguito de fruta de toda la vida, pero también se usa como excusa para frenar un rato y ponerse al día. Es ese plan simple de sentarse a la sombra, cebar charla y estirar la tarde sin apuro. No es que sea una palabra mágica, pero abre la puerta al chusmerío.

"Che, traé el sifón y unas masitas, nos sentamos a tomar un juguito y me contás qué onda con el vecino que anda re agrandado."

Estar de fuego

Se usa cuando alguien está a mil, con una energía tremenda y un entusiasmo que contagia a todo el mundo. Puede ser porque está bailando, hablando sin parar o tirando facha a lo loco. Es como decir que está prendidísimo, casi incendiando el ambiente de lo encendido que anda, y la verdad es que suena bastante épico.

"Ayer en la fiesta el Martín estaba de fuego, no paraba de bailar cumbia y cuarteto, parecía que se había tomado tres energizantes y un fernet sin respirar."

Mitad y mitad

Se dice cuando dos personas deciden pagar algo a medias, 50 y 50, sin vueltas ni discusiones. Es el clásico plan para no quedar como rata ni como el que siempre pone todo. En Salta lo soltás para cerrar el tema rápido y seguir con la juntada, la birra o lo que sea.

"Dale, no la hagamos larga: la pizza y la birra, mitad y mitad. Vos ponés la guita y yo paso por el kiosco, ¿te va?"

Meterle pata

Se usa para decir que hay que apurarse, hacer algo rápido y con ganas, porque el tiempo viene cortina. Es como pasar de modo siesta a modo urgencia en dos segundos. En Salta se tira mucha calma, pero cuando alguien dice que hay que meterle pata, todos se mueven más ligerito, aunque sea a regañadientes.

"Che, dejá de boludear con el celu y metele pata al guiso, que en diez minutos caen los changos muertos de hambre."

Encandilarse

En Salta se usa para cuando te quedás re bobo, atontado o medio hipnotizado por algo o alguien que te flashea fuerte, casi siempre una persona que te parece muy linda. Es ese momento en el que te colgás mirándola y se te va la cabeza a cualquier lado. Y hay que admitir que es una palabra bastante tierna.

"Anoche en el bailongo me encandilé mal con la changa del vestido rojo, me quedé tan colgado que casi me voy sin pagar la birra."

Vilucho

Se le dice a alguien tacaño, agarrado, de esos que cuentan las monedas como si fueran lingotes y se hacen los distraídos cuando toca poner para la ronda. Va con tono de cargada, no es precisamente un piropo. Si en Salta te largan un “vilucho”, revisá si debés una empanada desde 2019.

"Che, no lo invites a Juancito al asado, ese vilucho cae con dos panes y después se hace el boludo cuando hay que poner para la carne."

Changüí

En Salta, pedir un changüí es pedirte un cachito de margen: un ratito más, una prórroga chiquita o que te hagan la gauchada de dejarte pasar una. Se usa mucho cuando llegás tarde, te falta algo o estás al horno y querés zafar sin drama. Suena re de acá y tiene su encanto.

"Che, profe, ¿me da un changüí con la entrega? Me colgué mal, entre la siesta y el chamuyo se me fue el día y no llego ni a palos."

Estar chocho

En Salta se dice estar chocho cuando alguien está re feliz, casi explotando de alegría, con una sonrisa que no se le borra ni a palos. Es ese estado en el que todo te parece genial y andás repartiendo buena onda por todos lados. Es como estar flotando, y la verdad es que contagia bastante.

"Cuando le dijeron que había salido campeón Central Norte, el viejo estaba tan chocho que invitó empanadas a todo el barrio y hasta se puso a zapatear en la vereda"

Estar como castillo

Se dice de alguien que está en cualquiera, distraído o medio colgado, como si estuviera en su mundo y no cazara una. No es que sea mala onda, es más bien que anda volando bajito y no registra lo que pasa alrededor. Ideal para cuando alguien se cuelga mal y te deja pagando.

"Che, hoy el Gonzalo está como castillo, cayó al asado sin vino y encima preguntó si era un cumple. Está en cualquiera."

Tener mal vino

Se dice de alguien que, cuando toma alcohol, se pone pesado, agresivo o busca pelea. No es que el vino esté malo, es que a esa persona le cae para el orto y le saca lo peor. Se usa mucho para avisar o justificar el cambio de humor del que se pasa de copas y se pone insoportable.

"No lo invites a la previa, chango, que el Juan tiene mal vino y a la segunda ya se hace el picante y quiere armar bardo en la peña."

Ponerse las pilas

Se usa cuando alguien tiene que dejar la fiaca y activar de una vez, ya sea para laburar, estudiar o hacerse cargo de algo que viene pateando hace rato. Es como decirle que espabile, que deje de colgar y se ponga serio con lo que tiene que hacer. Y hay que admitir que es una frase bastante motivadora a los gritos.

"Che, dejá de boludear con el celu y ponete las pilas con la tesis, que al final te va a agarrar el final y vas a estar llorando en la fotocopiadora."

Hojear

En Salta, hojear no es solo pasar páginas de un libro, también es ponerse a chusmear la vida ajena con dedicación casi profesional. Es como revisar cada capítulo del chisme del barrio, detalle por detalle, como si después fueras a sacar una novela. Y hay que admitir que la creatividad para el chusmerío es un arte local.

"Che, andá a hojear el quilombo nuevo del barrio y después caete a la esquina así nos contás todo con lujo de detalles, no seas amarrete con el chisme."

Chalchalero

En Salta se le dice chalchalero a alguien súper hablador, de esos que no paran ni para tomar aire. Te encajan charla, cuento y chisme todo junto, como si fueran una radio sin botón de apagado. No siempre es mala onda, a veces hasta te cagan de risa, pero preparate porque te secuestran la oreja un buen rato.

"Che, tu tía es re chalchalera, fui a dejarle una factura y me tuvo media hora con el chisme del vecino y la novela del almacenero."

Changuito

Término bien salteño y cariñoso para hablar de un bebé o de un niño pequeño, sobre todo cuando es inquieto, juguetón y medio travieso. Se usa mucho en la familia y entre vecinos, y suena a abrazo con olor a guiso y patio de tierra. Es como decir peque o nene, pero con ese sabor norteño que lo hace más tierno todavía.

"Che, el changuito no paró en todo el día, se subió al algarrobo, se llenó de tierra y ahora quiere seguir zapateando la chacarera en la cocina"

Alta torre

Se dice de alguien que es altísimo, que sobresale en la fila como si fuera un poste. También vale para marcar que tiene alto porte, presencia y pinta de que entra y se le abre el pasillo. Es bien de charla salteña, medio en joda, para exagerar la altura o lo imponente que se ve alguien.

"Cayó el flaco al boliche y no entraba ni en la foto, viste. Todos: mirá quién llegó, alta torre el chabón, ¿de qué nube se bajó?"

Guagüita

Diminutivo cariñoso de guagua, usado para referirse a un bebé o a una nena chiquita. Suena bien tierno, de familia y de barrio, como cuando la ves toda despeinada, con la cara pegoteada de dulce y corriendo por todos lados. No es formal, es puro mimo y tonada del norte.

"Mirá la guagüita de la Rosita, toda con brillantina y la cara llena de dulce, bailando el carnavalito como si fuera la dueña de la comparsa."

Ser un chango jujeño

En Salta se dice para señalar a alguien vivo, pícaro y medio caradura, de esos que siempre se las arreglan para zafar o sacar ventaja. Va con humor y con esa rivalidad amistosa con Jujuy, como una cargada entre vecinos. No es un título oficial, pero cuando te lo tiran, es porque te las sabés todas.

"No le creás nada a Nico, chango, es un chango jujeño: ayer juró que se le rompió el bondi y lo vieron tomando una birra en la plaza."

Pegar un changüí

Se dice cuando le pedís a alguien que te dé un poquito de margen: una pausa, un respiro, una prórroga o una segunda chance para zafar. Es como decir dame un toque, no me apures. En el norte argentino se escucha bastante y queda perfecto para negociar con el profe, el jefe o cualquiera que te esté apretando.

"Che, profe, pégueme un changüí y le entrego el trabajo mañana, no me mate. Ayer se me hizo tarde mal y hoy ando con la cabeza en cualquiera."

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!