En Extremadura se dice cuando alguien te ayuda o te echa un cable sin ponerse medallas ni pedir nada a cambio. Es como aportar ese empujoncito que te salva el día, igual que la harina en una masa, que parece poca cosa pero lo cambia todo. Suena casero, de pueblo y con cariño.
"Estaba amargao con las oposiciones y sin ganas ni de abrir el temario, y va Ramón, se planta en casa con café y me echa harina hasta que saco el tema entero."
Se usa cuando alguien está adornando de más una historia, exagerando bien sabroso o de plano metiéndole mentiras sin pudor. Es como si le fuera espolvoreando harina a la anécdota para inflarla y que suene más impresionante de lo que fue. Es muy de banda que le encanta lucirse, aunque todos sepan que está echando puro cuento.
"No le creas al Toño, siempre anda echando harina, según él anoche se ligó a tres modelos y llegó en helicóptero al antro del malecón."