En Chiapas se usa para decir que alguien se va a echar la siesta después de comer, como tirarse derechito sobre una tabla a descansar. Es la clásica dormidita para bajar la panza y revivir un rato. Suena muy de pueblo, muy de familia, y la neta tiene su encanto dominguero.
"Ya comí mi caldo de chipilín, así que no me estén chingando, voy a echar la tabla un rato porque ando bien rendido, luego ya vemos qué hacemos en la tarde"
En Campeche se dice cuando alguien se avienta a coquetear sin pena, tirando el piropo directo y medio descarado. Es como “tirar el rollo” pero con más atrevimiento, de esos que no preguntan y nomás llegan con todo. Puede sonar chistoso o intenso, según el tono y la confianza que haya.
"En la fiesta, Ramón andaba echándole la tabla a Laura bien descarado, y ella nomás se reía y le decía: ya bájale, ¿no?"