Apodo cariñoso que algunos moqueguanos usan para ese pata que siempre llega a la reunión con una historia nueva, bien pintoresca y llena de detalles. Es como si tuviera un tablero mágico donde apunta todo lo que le pasa. No es muy formal que digamos, pero suena cercano y tiene su encanto chismoso.
"Estábamos en la peña tomando unas chelas y cayó el Tablerito con un chisme de la sierra que nos dejó a todos con la boca abierta y muertos de risa."
En Bogotá se le dice tablerito a la persona súper recta, cuadriculada y medio tiesa, de las que quieren que todo sea “como toca” y se estresan si alguien se sale del libreto. Puede sonar a regaño cariñoso o a pulla, porque también implica que es aburridito y corta el parche sin querer.
"No inviten al Mono a la fiesta, ese man es re tablerito y apenas ve una pola en la sala ya está diciendo que eso “no se hace”, qué pereza."
Apodo medio cariñoso medio vacilón para alguien que siempre está maquinando planes, calculando cada jugada como si fuera un tablero de ajedrez con patas. Se usa para el pata que nunca improvisa, todo lo piensa, todo lo analiza y parece que vive armando estrategias. A veces da risa, a veces cansa, pero siempre tiene un plan bajo la manga.
"Oye, ese Juan es un tablerito, ya tiene plan A, B y C por si se cae la chamba, se va la luz y hasta si se aparece su ex en la fiesta del barrio."