Se usa cuando alguien te regaña o te critica repitiendo lo mismo una y otra vez, como disco rayado que no se calla. Es muy típica de las mamás cuando uno no hace los oficios, pero también la aplica la pareja, la abuela o hasta el profe intenso. Y hay que admitir que a veces uno sí se la gana.
"Parce, mi mamá lleva toda la mañana echándome la cantaleta porque llegué tarde, que soy un desordenado, que parezco huésped y no hijo, y yo con un guayabo que ni pa' qué te cuento"