Se dice cuando alguien se pone en modo actor y se vende bonito para caerle bien a otra persona o conseguir algo. Es como ponerse una máscara de encanto: pura labia, sonrisita y cuento bien armado. Puede ser coqueteo, jaladera de bolas o simple estrategia social. A veces funciona, a veces da pena ajena.
"El chamo se echó la máscara con la jefa, le soltó dos halagos y al rato ya lo tenían anotado pa' el ascenso, qué vaina."