En Nueva Esparta se usa para hablar de alguien que se queda dormido en el peor momento, como si se ganara un premio por ser el más dormilón del grupo. Es medio burla cariñosa, porque todos nos reímos pero igual lo queremos. Y hay que admitir que la imagen de la medalla tiene su gracia.
"Estábamos en la playa armando la parrilla y el pana Chucho se echó la medalla en la silla playera, roncando duro mientras nosotros cargábamos las cava, las bolsas y hasta la corneta."
Se dice cuando alguien se atribuye el mérito de algo, como si se colgara una medalla en el pecho, aunque el curro lo hayan hecho otros o haya sido en equipo. Vamos, el típico que aparece al final, posa para la foto y se lleva los aplausos. Da una rabia fina, pero es bastante común.
"Parce, nosotros sudando con el trabajo y el man llega al final a echarse la medalla, se toma la foto y encima pide aplauso. No jodás."