Se dice de alguien que está como una cabra, que no está fino de la azotea o que le faltan tornillos, vaya. No siempre es insulto gordo, muchas veces va en plan cachondeo cuando alguien hace una locura o suelta una idea rarísima. Muy de barra de bar y de cuñao con arte.
"El Paco se plantó en el balcón con la guitarra a las tres de la mañana y se puso a cantar por bulerías. Ese niño está pa' tornillos, miarma."