En el Quindío se usa para decir que alguien está muy bravo, reventando de la rabia, como a punto de explotar. Según el contexto también puede significar que alguien es muy verraco, o sea, valiente, echado pa' lante y bien avispado. Es de esas palabras cafeteras que sirven tanto para pelear como para echar flores, y eso tiene su encanto.
"Parce, mi papá se puso tan berraco cuando vio la cuenta del bar que pensé que iba a vender el carro ahí mismo para pagarla."