Se dice de alguien que se queda bien tieso y sin reaccionar, como si lo hubieran plantado ahí. Puede ser por estar embobado con alguien, por el susto o por no saber qué hacer en el momento. Vamos, que te quedas en modo estatua y no te sale ni una palabra. Bastante común en el cotorreo.
"Llegó la nueva al jale y Juan se quedó como pared junto a la cafetera, nomás viéndola pasar, ni el buenos días le salió."