Se dice cuando estás hecho polvo, sin energía y con una pereza brutal, como si te hubieran desenchufado. Vale para después de comer, tras una noche larga o cuando el calor te deja KO. No es que estés triste, es que estás para que te recojan con pala. Y sí, suena un poco dramático, pero funciona.
"Después de la paella en el chiringuito y dos tercios, me quedé vil, pegado a la hamaca, que ni para ir a por un helado me daba."