Se dice cuando andas corto de lana y te toca hacer magia para que el dinero rinda. Es como estirar el presupuesto igual que si el bolillo fuera chicle: compras lo básico, recortas gustitos y sobrevives la quincena a puro ingenio. Muy de cuando la cartera anda flaca, pero uno se las arregla como sea.
"Ya pagué renta, luz y el internet, así que esta quincena toca estirar el bolillo: puro atún, frijoles y agüita de sabor."