Se dice de alguien o algo que no es precisamente una belleza, pero tiene un encanto bien cabrón que te atrapa. Puede ser por actitud, labia, estilo o porque cae con madre. Es como esas garnachas de la esquina: medio sospechosas a la vista, pero les das una mordida y ya valiste.
"No está muy agraciado el vato, pero es feito pero sabroso: llega a la posada, se avienta un chiste y ya trae a medio mundo riéndose y echándole ojitos."