Se usa para llamar de forma medio cariñosa medio vacilona a alguien que habla por los codos, mete baza en todo y no se calla ni debajo del agua. Mucho ruido y pocas nueces, vamos. No tiene por qué ser mala leche, pero sí que deja claro que la persona es un pelín bocazas, y hay que admitir que hace gracia.
"Tía, estábamos en el bar tan tranquilos y llega el Filomeno de Javi, se sienta, pide un blanco y no veas, no calló en dos horas, parecía la radio de Torrelavega."