Además de significar delgado, en San Juan se usa de forma muy cariñosa para llamar a alguien, sin importar si está gordo, flaco o lo que sea. Es como decir pana, loco o compa, pero con sabor bien cuyano. Suena cercano, de confianza, y si te dicen flaco por ahí es porque te tienen buena onda, no porque te estén midiendo la cintura.

"Eh, flaco, caete al asado esta noche que hay chivo, vino patero y después nos vamos al centro a seguirla hasta que salga el sol."

En Trujillo se usa flaco para llamar de forma cariñosa a la pareja, sobre todo al novio, sin importar si está delgado o más rellenito. Es como decir amor o cariño, pero con sabor bien norteño. Suena cercano, confianzudo y un poco juguetón, y la verdad es que tiene su encanto cuando te lo dicen con cariño.

"Oe flaco, deja de hacerte el loco con la tesis y vamos a comer un cevichito con chicharrón al muelle antes que se llene todo"

En Catamarca, flaco no es solo el que está delgadito. También se usa como vocativo para llamar a un amigo, un compadre o a cualquier conocido con buena onda, aunque esté más ancho que una heladera. Es un che más personal, bien de confianza, típico de charla de vereda, mates y fernet.

"Che, flaco, dejá el celu un toque y vamo' al río a tomar unos mates, que ya parecemos jubilados de tanto hablar del pasado."

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