Se dice cuando alguien habla con el acento y la cantadita típica de Yucatán, con palabras y giros locales que delatan al tiro de dónde viene. No es que esté “mal” hablado, es puro sabor regional. A veces se usa con cariño y otras en plan burla, según el tono y la confianza.
"Llegó al Oxxo y pidió su refresco bien cantadito, con su hablar yucateco, y el cajero nomás le dijo: Ah, ya vi que eres de Mérida, ¿verdad?"