En Chihuahua y buena parte del norte, hacer un oso es hacer el ridículo bien duro, de esos que te dan calor en la cara y te quieres teletransportar. Se usa cuando metes la pata en público, te sale algo fatal o te cachan en una situación súper incómoda. Duele, pero también da risa cuando le pasa a otro.
"Ayer hice un oso en la posada: me resbalé, tiré el ponche y todavía me aplaudieron como si fuera show, qué vergüenza."