Se usa cuando vas a vigilar algo por encima, sin estar pegado como una lapa. Es como decir que estarás pendiente, pero relajado, sin drama ni obsesión. Sirve para personas, cosas o situaciones. No eres un guardaespaldas de película, solo alguien que mira de reojo y controla que no se líe parda.
"Tú vete tranquilo a la playa, que yo le echo un ojo a la casa y al gato, no se te vaya el minino de parranda por la azotea."
Expresión típica para referirse a cuidar o vigilar algo, pero con esa actitud relajada que solo en Chiapas te encuentras. Como cuando cuidas a tu compadre mientras él se echa una siestecita.
"Compadre, ¿puedes echarle un ojo al rancho este fin? Me voy pa' la fiesta del pueblo."
Se usa para decir que vas a vigilar algo o a estar pendiente, pero sin obsesionarte. Es como prometer que mirarás de vez en cuando, con calma, si no se te olvida. Sirve para cosas serias o para puro compromiso, y hay que admitir que a veces es más promesa que realidad.
"Deja la moto ahí, que yo le echo un ojo mientras tú vas a buscar las birras y el hielo, pero si se la llevan no me eches la culpa, ¿oíste?"
Cuando necesitas vigilar algo o a alguien, pero sin comprometerte mucho. Vamos, es como ser el Sherlock Holmes pero desde tu hamaca.
"Güey, échale un ojo al asador mientras voy por más chelas, no quiero que se nos quemen las carnes."
Cuando quieres estar al tanto de algo o vigilas de cerca alguna situación. Básicamente, cuando te lanzas como un águila a las novedades.
"Voy a echarle un ojo a la fiesta del vecino, dicen que hay pozol gratis y quiero ver si es cierto."
Se usa cuando le pides a alguien que vigile algo o a alguien, pero sin ponerse en modo guardia nacional, más bien pendiente y pilas. Es como decir que esté atento por si pasa algo raro. Suena relajado, pero igual la persona queda medio responsable, así que tampoco es cualquier cosa.
"Voy a la fiesta, pero échale un ojo a mi perrito, que el bicho es más ladilla que el vecino y capaz se lanza a comerse todas las arepas de la mesa"