En Canarias se dice cuando te pegas una dormida brutal, de esas que caes redondo y no te enteras de nada. Vamos, que te quedas frito a nivel leyenda, como si te hubieran apagado con un interruptor. Se usa mucho para exagerar lo profundo que has dormido y lo difícil que es despertarte.
"Chacho, ayer llegué reventado y me jalé un templo que ni el timbre, ni el perro, ni la guagua pasando me sacaron del sueño."