Viene del guaraní y literalmente significa bocón. En el día a día se usa para señalar a la persona que no se calla nada, que habla de más y encima va largando chismes y secretos sin pensar. Es como decir que alguien tiene la lengua muy suelta, y hay que admitir que a veces es divertido verlo en acción.
"No le digas nada a la Luli, es un juru'a, al rato ya sabe todo el barrio, hasta el perro del vecino se entera de tu secreto."