Dicho sarcástico de Moquegua para cuando una juntada que iba a ser cortita se alarga como chicle. Empiezas con un cafecito y, sin darte cuenta, ya van horas de charla, piqueos, otra ronda y el chisme completo. Se usa mucho en plan dominguero, cuando nadie tiene apuro y la sobremesa se vuelve eterna.
"Yo dije que pasaba un ratito, pero entre el cevichito, la chela y la conversa, se armó la misa moqueguana y salí de noche."