Se dice cuando algo ya valió, se arruinó o salió fatal y no hay mucho que hacer. Es como soltar un ya fue, ni modo, pero con sabor bien de calle. Sirve para planes que se caen, metidas de pata o cuando la suerte te da la espalda. Duele, pero también da risa.
"Iba a invitarla por unos tacos en el malecón, pero se me quedó la cartera en la casa. Pailas, compa, tocó puro mirar y saludar."