En La Pampa se usa para hablar de alguien que tiene las manos heladas, frías mal, como si se hubiera peleado con el invierno y hubiera perdido. Es una forma graciosa de exagerar lo congeladas que están las manos de una persona. No es muy fina, pero tiene esa poesía campera que te saca una sonrisa.
"Che, dejá de tocar el mate con esas manos de pata al revés, que me lo estás dejando más frío que la heladera del boliche del pueblo"