Se usa cuando alguien está tan nervioso que le tiembla hasta el alma, igual que un flan cuando lo mueves en el plato. Es ese punto en el que te sudan las manos, se te seca la boca y el corazón va a mil. Vamos, que estás a un paso de salir corriendo pero intentas disimular como puedes.
"Quillo, desde que me llamaron para el examen práctico de conducir estoy hecho un flan, tengo las manos sudadas y las piernas como si fueran gelatina barata del súper."
Se dice de alguien que está muy nervioso o temblando, como si fuera un postre gelatinoso en plena sacudida.
"Antes de la presentación en el laburo, estaba hecho un flan. Parecía que me iban a pegar una patada al corazón."
Se dice cuando alguien está nerviosísimo, con el cuerpo temblando y la cabeza a mil, como si fuera un flan recién cuajado que se menea con nada. Vamos, que estás a punto de desparramarte del susto o de los nervios. Es bastante común en España y queda perfecto antes de un examen, una cita o hablar en público.
"Antes de salir a presentar el curro, Anna estaba hecha un flan, le temblaban hasta las pestañas y no encontraba ni el micro."