Verbo bien costeño para decir que te pones a mover las patas sin pena, sobre todo bailando con toda la sabrosura y el desparpajo del mundo. Es ese momento en que la música te agarra y ya no hay dignidad que valga, solo goce. Si hay fiesta, hay patarrajeo, así de simple.
"En el festival de La Guajira, Juan se puso a patarrajear tan duro que acabó sudado, sin voz y bailando hasta al lado de los cactus."