Es cuando le pedís al almacenero o al del kiosco que te anote la compra y la pagás después, porque en el momento no tenés un mango. Es el recurso estrella de fin de mes cuando la billetera hace eco y la heladera parece museo. Es medio caradura, pero también muy de barrio y bastante entrañable, hay que decirlo.
"Chelito, haceme la segunda y decile al Raúl del chino que me deje la birra y el fernet fiados hasta el viernes, que ando más seco que salamín de oferta."