Se usa para hablar de alguien que está tirando onda de forma medio burda, insistente o muy evidente, como que se le nota a kilómetros que está chamuyando. No es solo coquetear, es hacerlo con poca sutileza y a veces sin mucha dignidad, pero con una fe tremenda. Y hay que admitir que a veces da risa verlo en acción.
"Mirá al Juan en el boliche, picándole a la paila a todas las minas del grupo y no engancha ni al DJ, qué nivel de caradurismo."