Se dice cuando alguien te promete algo, pero tú ya hueles que esa promesa viene resbalosa y puede quedarse en puro cuento. Es como un “sí, claro” con desconfianza: suena bonito, pero se puede diluir a la primera excusa. Muy útil para los que hablan duro y cumplen poquito.
"Mi primo jura que esta vez sí paga la ronda en la próxima fiesta. Yo le dije: prometido, pero con mermelada, que usted siempre se me escurre con una excusa."